Espejo de villanos: «Los Izquierdos», ¿te suenan? - II parte

"Hijos de puta, si os dejo con vida es por que habréis de amortajárme como a un ángel"

viernes, 3 de junio de 2011

«Los Izquierdos», ¿te suenan? - II parte

Se conocían de los bares, de los escenarios y de la noche, que crea sus propios vasos comunicantes. Karras y Txolo caminan por Gijón huérfanos de banda desde que se disolvió la Tuscany Valley Experience, pero esta situación sólo se prolongará hasta que entren en contacto con Manuel Tamargo Cuevas, el Tamar, un muchacho de 33 años que tocaba en grupos como Pantano y Black Horde, profesor de guitarra nacido en Oviedo e hijo de un profesor de matemáticas y una funcionaria. Su propuesta es componer canciones junto al bajo y la voz de una banda que comienza a germinar.. Después de tres o cuatro cervezas en un bar, surgen nombres para un grupo con ganas de grabar canciones que van del rock and roll hasta el punk. Matalica II, Rajoy División o Danza Invisible….son motivo de burla y cachondeo hasta que uno de ellos propone, casi como un bautismo, que se llamen Los Izquierdos.
15 años antes, una familia desjarretaba a tiros a medio pueblo en el sur de España. Mientras Karras lee un suceso en las noticias similar, se le ocurre que la banda puede llamarse así. “Nos gusta la parte truculenta de la vida. No porque haya muerto gente. La de los hermanos Izquierdo es una historia de violencia, de gente sin civilizar. “Cómo puede ser que a un tipo le parezca normal agarrar una escopeta descargarla en los vecinos del pueblo es algo que todavía no me explico y que, sin embargo, me sigue produciendo morbo. Quizá son historias que sorprenden por su crudeza”, explica Txolo.
El padre Karras, Txolo, Paulino y Tamar componen la banda original que llega con cuentagotas a los escenarios de Gijón y serias dudas de continuar el proyecto. Los primeros conciertos muestran una formación conjuntada a la que le queda mucho por ensayar canciones compuestas por Juan Miguel, Marcos y Manuel. A mitad de este nuevo camino, Paulino F. Berdales, el baterista original, se descuelga fruto del cansancio. Su lugar será ocupado por Manu Maroto, uno de los músicos más prestigioso de Asturias de 46 años con mucha carretera a sus espaldas en bandas como Kashmir, que había teloneado a Joaquín Sabina, Los Suaves e, incluso, los Escorpions. El hijo de este minero nacido en Villamazan, un pueblo de Turón transmite temple y altas dosis de ironía al grupo y una estabilidad que permitirá pocos meses después grabar un disco con el productor Paco Loco en el Puerto de Santa María, Cádiz. La experiencia en los estudios de grabación no pudo ser más positiva. El productor, según afirma Txolo, aporto unas dosis de genialidad que dan sentido a las canciones a través de arreglos y otra forma de ver el disco.
Asegura Boni Pérez, novelista y letrista de Los Locos, que “a pesar de lo que afirma la Geometría, Los Izquierdos saben que en toda figura hay un lado irregular, que los cuadrados o los hexágonos no son perfectos. Ahí, en ese lado rebelde, arisco y casi siempre poco iluminado, pasan ellos el tiempo y buscan los materiales que dan forma y color a sus canciones. No se trata de la búsqueda de un estilo concreto –objetivo que declaran no perseguir-, sino del acercamiento a una esencia siempre fugitiva que está en el núcleo del rocanrol y también de la vida”
“Que trabajen las máquinas” es el primer LP que llega a las tiendas y presenta a una banda fresca, divertida, que va del rock and roll al punk con una facilidad pasmosa. Se trata de un manojo de canciones que expresan la realidad de una banda heterogénea y heterodoxa, capaz de hacernos reir y de hacernos pensar, todo al mismo tiempo.

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