Espejo de villanos: Biografía de un pionero. Por M. Suárez

"Hijos de puta, si os dejo con vida es por que habréis de amortajárme como a un ángel"

martes, 10 de mayo de 2011

Biografía de un pionero. Por M. Suárez

La figura de Ramón Álvarez Viña (San Martín de Podes, 1928) trascendió públicamente cuando donó a la ciudad una colección con más de dos mil ejemplares del «Quijote». El filántropo eclipsó al emprendedor, al empresario que fue pionero de la industria siderúrgica moderna. El libro «Ramón Álvarez Viña. Testigo de una época» reivindica, a modo de homenaje, la importancia de toda su biografía.

«Tiene una trayectoria que merece ser documentada. Es un hombre que empezó desde cero, que se forjó a sí mismo. Un cazador de oportunidades que ha sabido domesticar el dinero y no ha sucumbido a la ambición», resume el autor del libro, Víctor Guillot. «Creó empresa con unos principios radicalmente distintos de los que abundan en la economía actual. Quienes amasaron fortunas a velocidad de crucero ahora muerden el polvo. Él ha sobrevivido a la crisis del petróleo y la crisis inmobiliaria con una industria sólida basada en la inversión tecnológica y el esfuerzo», encadena.

Álvarez Viña revolucionó los laboratorios de la antigua Uninsa, luego Ensidesa, y fue el precursor de protocolos que permitían controlar la calidad de los materiales, cuando la industria se regía por sistemas pasados de siglo. En España todo estaba por hacer y él buscó en Europa nuevas ideas para construir la economía del país. «Nunca cerró una puerta, aunque tampoco fue cómplice del régimen; resistió para ganar», matiza Guillot.

Tras la muerte de Franco, el empresario inicia «un nuevo proceso vital», vinculado a la firma Plibrico, que ahora forma parte de la multinacional Calderys Solutions. Esta industria líder en materiales refractarios monolíticos tiene su sede española en Tremañes. Guillot apunta: «Ramón Álvarez Viña se plantea la empresa con espíritu cervantino, como un reto, como una aventura. Para él y para los otros, porque crea empleo y cubre un espacio económico que nadie estaba desarrollando».

Su libro, promovido por la Fundación Álvarez Viña, es el resultado de seis meses de trabajo. El material recabado se traslada al papel «desde la premisa periodística más americana», explica Víctor Guillot, que ha recurrido a todos los géneros posibles, desde la crónica a la entrevista -se incluye una amplia conversación con el protagonista-, para condensar 82 años de recuerdos, vivencias y realidad histórica.

A la superficie no sólo sale el Ramón Álvarez Viña empresario. O el devoto del hidalgo de La Mancha que ha movido los molinos de la literatura española. Guillot también bucea bajo la discreción de la persona. «Tiene grabado a fuego los bombardeos de la Legión Cóndor. Y está muy marcado por la muerte de su padre, cuando él tenía 4 años», son las pinceladas de algunos de los episodios más personales que se detallan en el libro.

La biografía de Álvarez Viña, hijo predilecto de su pueblo natal e hijo adoptivo de Gijón, se presentará esta tarde en el salón de actos del Antiguo Instituto Jovellanos. En el acto, que comenzará a las 20.00 horas, intervendrán la alcaldesa de Gijón, Paz Fernández Felgueroso; el director de la Fundación Álvarez Viña, Jesús Menéndez Peláez, y el propio autor del libro. Se espera la presencia del homenajeado.

«Su educación espartana y su discreción lo alejan de la escena pública, pero bien merecería una medalla de oro al Mérito en el Trabajo», defiende Víctor Guillot, ahora que conoce en detalle la trayectoria de uno de los empresarios más representativos de Asturias.

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