Espejo de villanos: Me gusta José Mourinho

"Hijos de puta, si os dejo con vida es por que habréis de amortajárme como a un ángel"

martes, 10 de mayo de 2011

Me gusta José Mourinho

Me gusta Mourinho, quizá porque es un mal perdedor, o un gran perdedor, quizá porque es capaz de comportarse como un hombre vulgar, o porque es incapaz de digerir la derrota, y al mismo tiempo se comporta como un ser extraordinario, cruel y mordaz. Mourinho es un hombre solitario y su orgullo consiste en que uno le trate como un hombre sin orgullo si no quiere lamentarlo. Habla como el hombre de su época, con tosco ingenio, sentimiento de lo grotesco, repugnancia por los fingimientos y desprecio por la mezquindad. Si hubiera bastantes hombres como él, el fútbol sería más honesto y lo suficientemente ameno como para que mereciera la pena hablar de él.

Me gusta José Mourinho, quizá porque aporta al deporte una mirada realista que rompe con el estereotipo del entrenador erudito y carente de emociones (Guardiola), un tipo más humano y cercano al forofo (Inda), capaz de convertir tus pensamientos en un montón de cenizas. Sobre ese sentido realista del fútbol, Mourinho es capaz de tejer una trama política y violenta, urbana y criminal.

Me gusta José Mourinho, su aspecto rudo y gris, porque convierte en oro sus remordimientos y no le teme a nada ni a nadie. Le tiene sin cuidado que los demás sean más elegantes, le resulta indiferente que sus modales sean detestables, y aunque después lo lamente, en el fondo, no le importa que le expulsen del campo porque sabe que el fútbol se juega en las gradas y no en el césped.

Me gusta José Mourinho porque es un revolucionario sin claveles capaz de doblar con su mirada el tronco de un fusil. Me gustan sus gestos y sus palabras, sí, porque crean un marcado contraste entre la humilde apariencia y la integridad personal, porque su ironía revuelve los estómagos de los buenos deportistas, porque consigue amortizar con su fracaso cualquier tipo de derrota, porque convierte destila orgullo y cinismo cuando exprime su locura.

Me gusta José Mourinho porque considera que el escándalo forma parte de la vida social y el fútbol es un mundo que da nauseas. Me gusta Mourinho porque uno sólo puede llegar a pensar eso cuando el negocio consiste en estar de paso. Así que la idea del fútbol que tiene Mourinho es que se trata de un deporte que se pudre cuando tu equipo disfruta rompiendo tibias y a tu estómago se le repiten las victorias. Me gusta Mourinho, lo reconozco, porque cuando gana es un ángel sin alas y cuando pierde un perro al que le sangran las encías. Convierte cada competición en un titular que los demás creen haber leído en alguna parte y después olvidan.

Y sin embargo, a Mourinho, todo el mundo le recuerda.

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