Espejo de villanos: Comienza un desafío

"Hijos de puta, si os dejo con vida es por que habréis de amortajárme como a un ángel"

viernes, 3 de junio de 2011

Comienza un desafío

La óptica del mundo, desde esta ciudad, ha cambiado completamente; la realidad ha dado la vuelta en el último año y se resuelve políticamente con una salida ultra-conservadora. En una democracia moderna se puede engañar a la mayoría de la gente la mayor parte del tiempo, pero hay que pagar un precio. Tras la última reforma laboral, el PSOE ya sabe cuál es.

Según los últimos sondeos, una gran parte de los gijoneses tenía una opinión favorable de sus servicios públicos. En cambio, en cuanto se les propone privatizarlos con el fin de ahorrar dinero e incrementar su eficiencia, curiosamente, se callan.

Nueve concejales de FAC y cinco del PP en el Ayuntamiento de Gijón demuestran que ha triunfado una derecha que presenta a gestores antes que a políticos, que convierte la política en un vicio y la gestión neutra en una virtud natural. Hablamos de la misma ideología que consigue reducir la administración pública a un aparato personalista, alejada del papel decisivo que juega en la política cultural, social y económica de los pueblos.

La crisis económica ha jugado un papel determinante en la debacle del PSOE en toda Asturias y, especialmente, en Gijón, pero no es menos cierto que el PSOE debe hacer una reflexión profunda de todos sus planteamientos políticos, ideológicos y organizativos. En Gijón se hace necesario un congreso local que, en puridad, permita al partido rearmarse para jugar un papel decisivo en los próximos años, ya sea con un gobierno en minoría o, directamente, en la oposición.

Tengo la sensación de que el PSOE suprimió el debate genuino que ha vivido la izquierda durante los dos últimos años. Cómo gestionar una crisis desde la izquierda es difícil y la mayoría de los vecinos de Gijón ha castigado al partido porque no se siente partícipe de este debate. Se le dice qué pensar y cómo hacerlo. Se le hace sentir incompetente en cuanto entra en detalles cuando no se le hace creer que los problemas ya fueron resueltos hace tiempo o no tienen solución, invocando el sacrificio.

Definitivamente, se hace necesario un congreso extraordinario, donde la militancia se mire a los ojos y acepte el reto de responder si está preparado para asumir cuatro años de oposición, si tiene cuadros suficientes, si debe democratizar sus estructuras internas, si está dispuesto a abrirlas a la sociedad civil. Me pregunto qué marco moral puede proponer para explicar sus objetivos y justificar sus metas y encuentro que la respuesta está en un congreso. Siento que comienza un desafío y es en el corazón de la izquierda.

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